Las plantillas ortopédicas son herramientas adaptativas que se amoldan al pie de quien las usa. Su función es distribuir las presiones plantares de forma correcta. Recuerda que una mala pisada significa una sobrecarga en algunas zonas del pie, lo que puede afectar muy negativamente a ciertos tejidos musculares y óseos.
El uso prolongado de una plantilla ortopédica profesional es capaz de mejorar la mala pisada y, por lo tanto, todas las lesiones derivas de la presión descompensada. También son muy efectivas como paliativo de ciertos dolores, como los de la fascitis plantar. Otro caso en el que las plantillas ortopédicas cobran especial importancia es cuando se debe corregir la forma y morfología del pie, por eso suelen recetarse a pacientes con pies planos flexibles de los niños y niñas.
Además, las plantillas infantiles son muy utilizadas en niños pequeños que todavía están desarrollando el andar, ya que se pueden evitar muchos problemas en el largo plazo. Sobre todo de desviación de pisada. Los servicios de podología infantil son los encargados de ello.
Solo hay una cosa que debes tener clara: nunca adquieras plantillas ortopédicas por cuenta propia, más aún si van a ser utilizadas por niños. Antes de nada, necesitas el asesoramiento profesional de un podólogo.